Según la Física Cuántica, no es posible conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de un objeto con una certeza absoluta: cuanto más sé de la posición, más imprecisa es la velocidad y cuanto más conozco la velocidad menos sé de la posición del objeto. Así, un electrón se mueve dentro del núcleo atómico al cual pertenece a una velocidad cercana a 1/3 de la velocidad de la luz, simplemente por el hecho de estar dentro de un átomo de un tamaño medio de 0,0000000001 m. Como véis, nada es lo que parece ser. Si eso ocurriera así en nuestro mundo de objetos de gran tamaño, sería como si una bola de billar empezara a moverse por el mero hecho de ponerla dentro del triángulo que se usa para posicionar las bolas...increíble pero cierto!
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