Con este sencillo experimento vamos a conseguir mover una sustancia, en este caso unos granos de café molido, por resonancia.
El experimento es muy sencillo; frotaremos el borde de una copa para que ésta vibre y emita un sonido. Este sonido tendrá una frecuencia que coincide con la otra copa, lo que provocará que esta segunda copa vibre por resonancia.
La segunda copa entra en resonancia con la primera y provoca que el papel se mueva, por lo tanto, se forma una onda estacionaria.
Pero, ¿porqué adopta los granos de café una forma tan peculiar? Los granos de café, que antes se encontraban dispersos sin ninguna forma característica, comenzarán a acumularse en zonas concretas de nuestro papel. Esto se debe a que las ondas estacionarias tienen unas zonas donde la vibración es máxima, llamadas vientres, y zonas que, por el contrario, la vibración es mínima o nula, llamadas nodos. Los granos de café tenderán a acumularse en las zonas de menor vibración (nodos), creando la forma que vemos.
Las formas que adopten los granos de café dependerán pues de donde se encuentren los nodos de la onda estacionaria, es decir, de la frecuencia que tenga la onda. Para variar la forma que adopte, tendremos que cambiar las zonas donde se acumulen los granos, las zonas de mínima vibración (nodos). La frecuencia que tenga la onda dependerá de la cantidad de agua que contenga la copa que hacemos vibrar.