La luz. Está ahí y no pensamos demasiado en ella, y lo cierto es que está llena de misterios y cosas sorprendentes. Hace unos días en clase estudiamos la luz de una bombilla de bajo consumo, y pudimos descomponer la luz de la misma en sus componentes fundamentales, las líneas espectrales, que como saben los estudiantes de segundo de bachillerato nos dan mucha información del material que emite esa luz. En directo y con el ocular se observó perfectamente.
Hicimos una foto como pudimos, quitando el ocular del aparato de medida, sin luz y acercando un móvil...pero aquí está el resultado:
Líneas rojas, naranjas, azules, violetas, distribuidas a unas distancias que se puede explicar únicamente con conceptos de Física Cuántica. Comparadlo ahora con el espectro solar:
¿véis que no tienen nada que ver? ¿queréis conocer la razón? ¡Pues a estudiar Física en segundo de bachillerato!
Antes de cerrar esta entrada, quiero deciros que, gracias al estudio de la luz, hemos aprendido cosas que se creía imposible llegar a saber: así, gracias a los espectros conocemos la composición y temperatura de las estrellas sin ir hasta ellas, y sin necesidad de ponerles un "termómetro". También hemos aprendido que las galaxias se alejan unas de otras y que el Universo se expande...y todo ello sin movernos de la silla!